jueves, 22 de noviembre de 2012

No puedes ser feliz por el pasado



Es verdad que en algunas ocasiones el pasado de una persona puede ser muy dramático, especialmente cuando aquellos terribles acontecimientos sucedieron en la infancia. Sin embargo, debe haber algo que no hemos comprendido, porque cuando no dejamos ir el pasado, nuestro presente se torna una continuación eterna de aquello que se experimentó, convirtiéndonos en esclavos de aquellos recuerdos que nos impiden crear una vida diferente en el presente.

Los recuerdos mas duraderos, sean agradables o desagradables, son aquellos que se almacenaron en nuestra memoria bajo la influencia de fuertes emociones. Las emociones son como la sal de la vida, le dan el sabor a lo que experimentamos, permitiendo que los recuerdos tengan una fuerza especial que nos sigue a todas partes.

Cuando los recuerdos son agradables, la vida se siente muy bien y muchas veces nos sucede que ni siquiera los tenemos muy presentes para agradecerlos. Los buenos recuerdos nos parecen tan naturales, que a penas en algunas ocasiones muy especiales rememoramos algunas anécdotas en familia o con amigos y recordamos la dicha que sentimos en aquellas ocasiones. Es algo así como cuando perdemos la estabilidad en la salud y recién valoramos lo que era sentirse perfectamente sanos y añoramos volver a sentir aquella vitalidad. Lo genial es que, sin importar si los buenos recuerdos están presentes diariamente, sus efectos benéficos se hacen sentir internamente para construir el presente.

Pero hay de aquellos recuerdos dolorosos, de todas aquellas imágenes almacenadas en la memoria que nos hacen sentir mal. Entonces la vida se torna diferente. Los recuerdos divagan por la mente, van y vienen haciéndonos revivir lo mismo que sentimos en el pasado millares de veces. Esta vez sí que logramos tenerlos presentes y muy presentes. Esas emociones se encuentran tan presentes que todo lo que se vive en el presente tiene aquel color y aquel sabor que sigue doliendo.  Entonces, debido a las dramáticas historias del pasado, no podemos ser feliz en el presente. El pasado sigue vivo, sigue arrastrándose desde aquellas épocas hasta el ahora en que todo es diferente.

Otras veces no tenemos los recuerdos dolorosos presentes en forma consciente, quedan almacenados dirigiendo la vida presente con hilos invisibles que tienen un enorme poder. Tomamos decisiones y elegimos los rumbos basados en aquellas experiencias casi sin darnos cuenta. Los caminos se van haciendo  basados en aquellas emociones que dominan en el subconsciente.

En niveles altos de evolución, el subconsciente no puede existir. Cuando el ser humano alcanza altos niveles de conciencia, todos sus recuerdos son entregados a la luz y se vuelven claros y nítidos para él, entonces todo el subconsciente se vuelve consciente. Desde ese punto de vista, esta persona se da cuenta de que los recuerdos dolorosos nunca fueron verdad en la realidad superior. Pero cuando aun no logramos ese nivel de conciencia suficiente para hacer esto, tendremos que seguir batallando un tiempo más con ellos hasta lograr ese anhelado equilibrio y libertad.

Nadie tiene alternativa. Todos estamos destinados a soltar los recuerdos dolorosos en algún momento de la vida, en esta o en las que vienen. Todos tenemos la gran tarea de cancelar aquellas imágenes y emociones que quedaron clavadas en el alma con dolor.

Hemos venido a eso, a darnos cuenta de que no es necesario cargar con ese peso, a darnos cuenta de que ya es la hora de dejar atrás lo sucedido y comenzar una nueva manera de vivir. Hemos venido a darnos cuenta que somos libres, que las cadenas ya se han roto, que ya no nos corresponde estar atados y detenidos en esa esclavitud.

Cuando decidimos libre y voluntariamente limpiar las historias dramáticas, la vida se transforma y dejan de existir ese tipo de sucesos desde allí en adelante. Entonces se crean nuevas realidades, otras posibilidades. La ley de atracción es muy clara diciendo: “lo que vibras es lo que atraes”.

Demasiadas veces te has resistido a abandonar aquellos recuerdos dolorosos pensando que es imposible borrarlos de la mente y eso es verdad. No puede ser posible borrarlos y es maravilloso que sea así. La memoria que los mantiene vigentes es sabia y señala que sin olvidar, los puedes transmutar, los puedes procesar, los puedes digerir, los puedes comprender y los puedes perdonar. Si los pudieras olvidar, también te olvidarías de la tarea de transmutarlos.

En el fondo, muy en el fondo, todo se inicia perdonándote a ti mismo por haber querido participar de estas experiencias dolorosas y reconociendo que ya no las necesitas más. Todo terminará el día que puedas decirte eso. No hay nada más que entender aquí. Tú eres quien pensó que todo aquello era necesario y por eso sucedió. Ese era el plan de tu alma, pero no era para martirizarte, sino para que pudieras comprender al fin, de que nada de esto es necesario que siga sucediendo en tu vida.

Cuando niño no entendías nada, pero ahora que eres adulto puedes comprender. No es necesario que borres las imágenes, pero si es importante que transmutes las energías, especialmente las emociones involucradas en aquellos recuerdos que aun duelen.

Si te liberas, tu vida cambiará y la humanidad cambiará. Ese es el plan.

Patricia González.

Tu Coach para realizar los cambios que deseas 

patricia@yovivo.cl                                           

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domingo, 4 de noviembre de 2012

Recuerda que eres libre para crear


Aunque muchas  veces se te olvida que eres un ser tan amado y que la voluntad del  padre solo es que seas feliz, esto sigue siendo verdad siempre.

En algunas ocasiones, especialmente cuando las cosas no andan bien, cuando te sientes en riesgo o rodeado de problemas, crees que estas solo y abandonado a tu suerte. Si te dispones a recordar, sentirás que eso no puede ser posible.

En este momento, tu camino puede estar un poco enredado y seguramente has llegado allí porque previamente olvidaste lo que eras. Si tu mente comenzó a hablarte de problemas, de inconvenientes, de pocas posibilidades y de un sentimiento de abatimiento, lo cierto es que eso será lo que en este momento te rodee.

Tu mente puede engañarte porque ella no tiene la amplitud ni la función de señalarte qué cosas pensar. Simplemente ella procesa la información que dejas pasar. Nadie excepto tu propio ser puede ser capaz de filtrar la información que procesa tu mente.

Por lo general, te parece que eres vulnerable a las circunstancias que rodean, pero puedes comenzar a darte cuenta de que tú eres quien crea tus circunstancias. Si no te permites aceptar que este proceso es al revés, no podrás más que encontrar problema tras problema.

En cambio, si te sientas y meditas y te dices a ti mismo que eres tú quien maneja los hilos, que eres tú quien puede decidir y que eres tú quien ordena el desastre que puede estarte rodeando, las cosas comienzan a cambiar de inmediato.

Aun sin saber cómo puedes salir del estado triste o complicado en que te encuentras, puedes aceptar que ha sido creado debido al tipo de pensamiento que has sostenido en el último tiempo. Entonces te quedará perfectamente claro, que puedes decidirte a cambiar tus pensamientos.

Para la gran mayoría de las personas resulta casi imposible aceptar pensamientos y emociones distintas a las que su medio les está inspirando. Si se encuentran rodeados de buenos momentos y muchos logros, ellos se sienten muy bien, pero de la misma manera si se encuentran rodeados de momentos que les resultan desagradables, teniendo relaciones complicadas, con pocos logros económicos o problemas de salud, sus pensamientos y emociones parecen imposibles de mejorar y subir a niveles más altos de vibración.

Cuando te das cuenta de que puedes decidir qué pensar y qué sentir, te haces dueños de tu vida. Entonces, aunque el medio que te rodee o tus logros no sean los que necesitas para sentirte satisfecho, no decaes. Simplemente meditas y comienzas a buscar los nuevos pensamientos y sentimientos que te saquen de allí.

Este es el único secreto que necesitas aplicar para que tu vida se dirija por caminos más agradables y felices. Tu corazón sabrá decirte lo que puedes pensar. Si te sientes frustrado, podrás elegir seguir sintiendo la frustración o podrás elegir cambiar esa sensación por pensamientos y sentimientos distintos.  Aunque todo lo que rodee te hable de la frustración, tú puedes decirte a ti mismo que prefieres aceptar el triunfo, el logro y el acierto. De esta manera comienzas a influir en tu medio para que todo se pueda revertir.

Lo mismo aplica si has sufrido alguna perdida de un ser querido o material. Cualquier pérdida te parece un menoscabo a tu ser, pero también puedes dar un giro a este sentimiento, dando libertad a lo que se ha ido con amor, aceptando su decisión y si es posible,  volver a reconstruir lo que crees haber perdido.

Si tú no haces el cambio en tu interior, las cosas seguirán siendo iguales que antes. Si tú cambias por dentro, el cambio se materializará en tu exterior. Nada puede cambiar a menos que tú lo modifiques. ¿O acaso pretendes que venga alguien a hacerlo por ti?

Este es el principal inconveniente a la hora de hacer modificaciones en nuestras circunstancias. No nos damos cuenta de la importancia de lo que estamos pensando y sintiendo. Generalmente estamos reaccionando a lo que vemos, sin advertir que lo que vemos lo hemos proyectado desde dentro. Comprender esta cuestión es la llave de tu felicidad. Podrás ser feliz bajo cualquier circunstancia, porque sabrás que eres libre para hacer los ajustes.

La felicidad y el bienestar interior no tienen nada que ver con lo agradable que ves en tu medio externo. Estas dependen de tu buen entendimiento de que aun estando en el peor escenario, eres dueño de tus preferencias, de tus pensamientos y de tus emociones y que con ellos puedes volver a moldear tu realidad.

Si eres ese ser tan increíble capaz de moldear tu realidad, ¿qué podría hacerte sufrir? Eres el dueño y señor de tu vida, tal cual fuiste creado desde el principio de los tiempos. Esto se te puede olvidar, pero no  puede dejar de ser verdad jamás.

Patricia González.

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